La alquimia era una pseudo ciencia cuyo fin último era
encontrar la piedra filosofal para convertir todos los metales en oro. No sé si
Alberto Rionda, al bautizar a su nuevo proyecto con este nombre pretendía esto,
pero visto lo visto en su visita a Sevilla de hace una semana, bien podría
estar en el
camino correcto. Musicalmente hablando, claro.
Esta primera visita a la capital andaluza, tras la edición
de sus dos primeros discos, era bastante esperada, sobre todo entre los fans de
toda la vida de Avalanch, que evidentemente ven en Alquimia a la heredera
natural de su sonido.
Una muy buena entrada registro el concierto, habiendo entre
150 y 200 personas, calculo yo, lo que para nuestra ciudad es un gran éxito, y
sobre todo por lo bien que interactuó con la banda, jaleando todos los temas,
tanto del álbum de debut de la banda, como de este último “Espiritual”, y por
supuesto, las pocas concesiones al pasado de Rionda en Avalanch.
Con un gran ambiente y con poco retraso con respecto a la
hora final anunciada (la hora fue retrasada algunos días antes) la banda salto
al escenario mientras sonaba una intro de corte épico, no podía ser de otra
manera.
El comienzo del concierto fue fulgurante, con temas rápidos
y elegidos especialmente para calentar al personal. Un gran acierto en mi
opinión la elección y orden de los temas, haciendo el concierto y equilibrado,
dando en ocasiones momentos para el descanso y coger aire, pero sin abandonar
demasiado los temas rápidos y que marcan el estilo de la banda.
La verdad es que Alberto se ha buscado una banda acorde a lo
que quería hacer, volver al Power Metal, pero con un sonido moderno y que en
ocasiones toca más el Metal clásico. Incluso sorprende en algunos temas con un
sonido algo más progresivo, sin pasarse, eso sí, pero con sonidos algo más
pesado.
Pero en general, lo que impera es el Power más genuino, y de
ahí, que cuando llega el momento de recordar Avalanch, se decanta por supuesto
por sus primeros discos y aquellos dos discos como fueron “La llama eterna” y
sobre todo “El ángel caído”. Y es que los fans de Rionda consideran estos
discos los mejores de sus carreras y temas como “Xana” o “Torquemada” son muy
recordados y sobre todo jaleados.
Entre los dos discos de Alquimia, sobre todo tuvo mucho
protagonismo el nuevo, evidentemente, ya que lo están presentando, pero el
primero tiene sus momentos, llegando a interpretar cinco cortes del mismo.
Debo confesar, que a mí personalmente el primero no llego a
convencerme, pero este “Espiritual” sí que creo que tiene mucha calidad y sobre
todo variedad, que es el camino a seguir
por la banda.
La banda en si cumple con creces con su trabajo, la base
rítmica con Leo Duarte y Rubén Lanuza, sin grandes alardes pero muy efectivos,
incluso teniendo su pequeños momentos de protagonismo, sobre todo de Leo, con
un solo no demasiado largo y con pegada.
Por supuesto, la base del sonido del grupo son Rionda con su
guitarra, del que no hace falta decir mucho para saber cómo se las gasta y que
por supuesto sigue con muy buena muñeca y no ha perdido ni un ápice de su
virtuosismo y su feeling, y acompañado por Chez García en los teclados, su
compañero en Avalanch.
Hubo varios momentos musicales protagonizados por el dúo, y
Rionda tuve su momento protagonista, estaba claro, con un solo de guitarra,
donde no se dedica a demostrar lo bueno que es, sino prefiere deleitarnos con
melodías llenas de sentimiento y calidad.
Pero si con alguien me quede muy gratamente sorprendido fue
por su vocalista Isra Ramos, que si alguien tenía alguna duda que era la
elección perfecta para la banda, en Sevilla les demostró que están muy
equivocados.
Para empezar tiene una voz privilegiada, y además sabe darle
la potencia que debe cuando es necesario, sin abusar de los agudos, y dándole el sentimiento que debe a los
temas. Hace suyas las canciones de Avalanch, sobre todo la interpretación de
“Cambaral” en acústico me pareció una pasada. Y además es que tiene una
presencia sobre el escenario que ya querría más de un vocalista en nuestro
país. Se convierte en el centro de la banda, pero además sabe darle su espacio
al resto cuando es necesario. Genial durante todo el concierto.
En cuanto a la duración del show fue perfecta, con 17 temas,
llegando a la hora y tres cuartos, y no dejando decaer el ritmo en ningún
momento. Sobre todo al final, con un pequeño show acústico ( sensacional
“Cambaral”, como he dicho”) y la traca final con “Sacrificio”, la legendaria
“Torquemada” y el final con “Almas unidas” y su canto a la hermandad.
Además, para hacer el show aún mejor, tuvieron un sonido
sensacional, sonando durante todo el concierto de forma espectacular.
En definitiva, un gran éxito esta primera visita de Alquimia
a nuestra ciudad, y que espero les sirva para repetir en futuros tours que
realicen, sabiendo que tienen un buen número de seguidores en nuestra ciudad.
Un presente se ha convertido en uno de ellos.
Crónica y fotos: Augusto Arévalo.