Ciertamente ya se ha dicho todo o casi todo sobre uno de los
conciertos más controvertidos, sino el que más, de la historia de la música.
Sobre el antes y el durante, si fue una estafa o dieron una lección. Está claro
que una vez que ha pasado el concierto, es buen momento para analizar, sobre
todo el concierto, desde nuestro punto de vista.
Antes que nada, creo que es importante ponernos en
antecedentes. Yo no iba a asistir al concierto, de primeras y por una sencilla razón.
Consideraba que el precio de tal evento era desproporcionado, y no por la
banda, que ya sabemos la historia de los australianos, sino porque creo que
pagar 92 euros por un concierto es una barbaridad para cómo está la actual situación
social. Por supuesto, no critico a quien lo haya hecho, me parece totalmente
libre hacer lo que queramos con nuestro dinero.
Para nada tenía que ver la posterior situación de cambio de
vocalista. Incluso tengo que admitir que me atraía más ir entonces, por
considerar que podía ser algo curioso de ver. Pero aun así, no iba a pagar por
eso. Pero, y por esto es por lo que me puedo llevar todas las criticas
posibles, y con razón, a ciertas personas se les ocurrió regalarme la entrada,
y no podía rechazar tal regalo, sin poner en peligro todas mis amistades.
Una vez aclarada la situación previa, tengo que decir algo a
las personas que han devuelto la entrada, que por cierto, se pudo hacer durante
algunos días, o lo que aun sin poder asistir, por diferentes motivos, han
criticado esta asociación musical entre ACDC y Axl Rose. Y espero que al terminar
esta pseudo cronica se entienda por qué digo esto. Está claro que este
concierto no era de ACDC.
Más bien podríamos haberle llamado, y diciéndolo de una
manera muy americana, ACDC featuring Axl Rose. O sea, ACDC con la colaboración de
Axl Rose, que creo que habría sido la manera más exacta de denominar esta mini
gira de unos cuantos conciertos.
Es un hecho que la banda ha tenido un vocalista durante los últimos
36 años y que además formaba parte de la imagen de la banda. Porque seamos
claros, no importó demasiado que la banda cambiara a baterías dos veces o
incluso cuando en esta última gira Malcolm no formara parte ya de la banda.
Y aquí es donde sacamos la primera conclusión del concierto.
ACDC es Angus Young. Algo de lo que se encargó muy claramente de recordarnos el
pequeño guitarrista australiano durante todo el show.
Él fue el centro de todas las miradas, sin parar durante
todo el show de moverse, como es normal y teniendo varios momentos para el solo
de protagonismo. Cierto es lo años pasan y que la pasarela central del
escenario ya no es tan larga como era antes y que además, no la visita con
tanta asiduidad como en otras giras, pero sigue siendo un nervio.
También nos quedara la duda de que si Axl no hubiera estado
con el pie mal, se hubiera movido mucho o no. Pero lo cierto es que en ningún momento
pareció que fuera a ser más que el vocalista de la noche, incluso entre
canciones tampoco se excedió en las palabras, manteniendo un perfil bajo.
Estaba claro que sabe cuál es su papel en la banda.
En cuanto a su nivel vocal, se nota que se ha puesto en
forma en los últimos meses, supongo que por la reunión de Guns and Roses y
estuvo de sobresaliente, incluso me atrevo a decir que algunas canciones
sonaron mucho mejor con su voz, llegando a tonos que estaba claro que el gran
Brian Johnson ya no llegaba. Por si alguien dudaba de su estado de forma, todas
las dudas se difuminaron a la segunda canción. Espero que tengamos las suerte
de ver la reunión de Guns and Roses, ya que viendo el nivel vocal de Axl,
seguro que será un gran espectáculo.
Pero ciertamente, la conclusión más importante a la que
llego es más de sensaciones y no de hechos. Cuando voy a un concierto, cuando
escucho un disco, quiero que me emocione lo que escucho, que me provoque algo.
Esto no es demasiado difícil, en el sentido de que si una canción es buena, se
siente que es buena, si una banda es buena, sientes que es buena.
En el caso de ACDC, nunca he sido un fan acérrimo de ellos,
de hecho considero que hace muchos años que no sacan un disco bueno en
condiciones, y que sobre todo lo que tienen son un buen puñado de canciones,
que sin tener un gran mensaje o ser demasiado complicadas de tocar, provocan
una reacción que podríamos denominar de emoción en quienes las escuchan.
El pasado martes en Sevilla esto fue justo lo que ocurrió.
Dudo mucho que haya demasiadas bandas en este mundo que sean capaces de hacer
sentir esto en un estadio. Sin ser el Estadio Olímpico de Sevilla un lugar
preparado para conciertos y que usualmente no suena demasiado bien, lo de la
otra noche fue autentica magia.
Desde los primeros acordes nos dimos cuenta que estamos ante
uno de los fenómenos musicales que será difícil que se repita en mucho tiempo.
Una banda que provoca que a uno se le pongan los pelos de punta escuchando los
primeros acordes de “Shoot to thrill” o esa guitarra de “Thunderstruck” o
desgañitarse cantando el estribillo de “You should me all night long” o por
supuesto saltar, después de casi dos horas de concierto durante todo el “Highway
to hell”.
Describiros las canciones una a una no tiene sentido. ACDC
son capaces de hacer magia, llevando la formación que lleven. Con Angus
siempre, claro. Porque creo que todo el que entra en la banda, se llame como se
llame, se contagia de ese espíritu ACDC, y es asimilado por la banda para
conseguir esa comunión con la gente que va a verles.
Creo firmemente que las personas que decidieron no ir o
devolver sus entradas hicieron lo mejor, porque era lo que creían, pero también
creo que los que decidieron lo contrario también acertaron. Porque os puedo
asegurar que las 60000 personas que había esa noche en Sevilla viendo a la
banda, pasamos una de las mejores noches de música en mucho tiempo.
No sé si esta unión seguirá mucho tiempo. Si habrá mas giras
de ACDC con Axl. De hecho, no creo que vuelva a verles aunque así sea. Pero si
les digo a los que no fueron, que si así fuera, se acercaran y creo que entenderían
lo que he querido decir en estas líneas.
ACDC siguen haciendo magia. Pase lo que pase.
Nota: Por supuesto no tengo fotos y perdonar que no diga
nada de los teloneros, pero evidentemente y debido a las largas colas de
entrada me fue imposible verles.
Crónica y opinión: Augusto Arévalo.