A pesar del casi insoportable calor que sufríamos en la
tarde cordobesa, un importante número de seguidores se dio cita a la temprana
hora de apertura de puertas, a pesar de que el inicio no se produciría hasta
casi dos horas después.
A nuestra entrada, el espectacular escenario ocupaba buena
parte de uno de los lados de la plaza y aunque mucha gente no había accedido al
interior, las gradas ya presentaban una muy buena imagen, y en la zona de pista
habría ya un 50% de ocupación cuando los suecos Sabaton saltaron al escenario.
Sabaton
Sorprendía un poco la inclusión en la gira de Scorpions por
nuestro país de los suecos Sabaton. Primero por las evidentes diferencias
musicales, y después por la creciente popularidad de los de Falun, que incluso
les llevara a girar por Europa siendo teloneados por Accept el próximo año.
Supongo que la principal razón será una cuestión de
prestigio y mantenerse en forma en la temporada de festivales, con unos
conciertos más relajados y tocando menos tiempo.
Salieron al escenario con sus típicos uniformes militares,
que ya tienen valor con los 40 grados que podría hacer en el foso de la plaza.
Pero qué más da, son heavys y hay que demostrarlo. No gozaron de un gran
sonido, cosa normal en los teloneros, pero aun así supieron defender muy bien
sus temas en la escasa hora que tuvieron para hacerlo.
Debo confesar que los suecos no son santo de mi devoción,
aunque por supuesto respeto el hecho de sea una de las bandas que más está
subiendo en la escena europea, situándose en buena posición en muchos
festivales europeos, incluso, como bien deberíais saber, teniendo su propio
festival en Falun.
Y la cuestión, es que muy buena parte de los que
presenciamos su concierto se notaba que tampoco eran unos fans acérrimos de la
banda. Por supuesto, los había y bien que disfrutaron de la música de los
suecos, que además hicieron un buen repaso a su discografía, con especial
atención a su último álbum (hasta dentro de poco tiempo) “Heroes”, del cual
tocaron tres temas.
Tuvieron tiempo para tocarnos un tema nuevo, que ira
incluido en su inminente “The last stand” y que por lo poco que pude apreciar,
continua la esencia de la banda y su filosofía. Para que van a cambiar si así
les va bien.
A pesar de mi poca afinidad sí que hay algo que me sorprende
en positivo y es de importancia vital para la banda, y es el enorme carisma que
tiene su vocalista y líder Joakim Brodén, que sin ser un derroche de voz puede
ganarse a la audiencia como quiera. Supongo que será una de las claves de su éxito.
Y eso también lo lograron en Córdoba, haciendo muy bien el
papel de teloneros y preparando al público para lo que estaba por llegar, a
pesar del calor y la poca movilidad por parte de alguna parte del público. Aun así,
un buen concierto de los suecos, que supongo que en su gira propia la historia
será otra.
Medina Azahara
Podríamos decir que la inclusión de Medina Azahara en el
cartel de Córdoba pues era una petición de la organización del Festival de la
Guitarra ya que no olvidemos que el concierto se enmarcaba dentro de la
programación del mismo.
No es que fuera una gran oportunidad de llegar a más gente,
ya que los cordobeses no necesitan muchas cartas de presentación y son de sobra
conocidos, así que supongo que se lo tomarían más como un homenaje a su ciudad
y está claro que así lo demostraron, realizando un gran show, tocando como si
no se jugaran nada, con soltura, con grandeza.
Tampoco disfrutaron de mucho tiempo y aunque mejoró algo el
sonido tampoco fue para tirar cohetes.
No hubo muchas sorpresas en el setlist escogido, comenzando
con el inicio de “Necesito respirar” como hacen últimamente para cortar y
enlazar con el tema del último disco “Aprendimos a vivir”.
El resto fue una pequeña colección de grandes éxitos, cuyo
colofón, por supuesto, fue su canción homenaje a su ciudad “Córdoba” cantada
por el auditorio completo, fueran cordobeses o de otra parte de Andalucía.
El final con “Necesito respirar”, esta vez ya completa y por
supuesto “Todo tiene su fin” solo fue la reafirmación de una banda con tanta
historia que es difícil ya que haga un mal concierto o que la gente no lo disfrute como bien lo
hicimos el sábado pasado.
Original la despedida con los acordes de “A toda esa gente”
y presentando a la banda, intercalando con grandes temas de la historia del
rock, como el “Jump” o “The trooper”.
Un gran concierto de Medina, que como los buenos vinos, van
mejorando con la edad, en un fantástico estado de forma.
Medina Azahara demostró que para ser teloneros de Scorpions
no vale con salir y tocar, hay que saber hacerlo y así lo hicieron.
Scorpions
Las leyendas se forjan durante mucho tiempo. Una leyenda es
considerada como tal, cuando se sabe que perdurara en la memoria colectiva. Una
leyenda se convierte en leyenda cuando pase lo que pase siempre habrá alguien
que lo recuerde. El pasado sábado, unos cuantos miles de personas, fuimos
testigos del encumbramiento de una leyenda.
Durante dos horas de show, los alemanes Scorpions,
demostraron que este status lo han conseguido y con creces. Dejando atrás las
criticas sumarísimas por decir que se retiran y luego no hacerlo, eternizando
una gira de despedida que para algunos es solo una buena estrategia de
marketing.
Posiblemente los críticos tengan razón y hayan utilizado
esta estrategia para estar más en el candelero, aunque la verdad, no creo que
les hiciera falta. Sobre todo visto lo visto en Córdoba y creo, que por lo que
he leído, también en el resto de fechas en nuestro país.
Aunque la hora de comienzo de su actuación estaba estipulada
para las 22:30, su comienzo se retrasó media hora más y no fue hasta las 23:00
cuando comenzó. En lo primero que nos fijamos fue en el impresionante
escenario, con dos grandes pantallas a los lados y otra al fondo del escenario,
en la parte baja de la batería, que se encontraba colocada en la parte alta de
atrás del escenario.
También, de eso ya nos habíamos percatado en los
conciertos anteriores, había una buena
pasarela que entraba en el público y que visitaron con bastante frecuencia los
miembros de la banda.
Por supuesto un sonido que mejoro muchísimo con respecto a
las actuaciones de sus teloneros y que sin ser perfecto, sí que estuvo a la
altura del evento. Y un juego de luces sobresaliente, con focos individuales
para cada uno de los músicos. Por cierto, y aunque me creía que era algo de
dominio público, mucha gente no se había enterado que en la batería tenían un
invitado de renombre como Mikkey Dee, del cual luego hablaremos mejor.
Comenzaron con el tema que abre su último disco “Going out
with a bang”, disco que al estar presentando le dedicaron bastante tiempo sobre
el escenario. Personalmente creo que esto dice mucho de la banda, que edita un
disco y confía en el mismo. Muchas bandas veteranas, editan disco para hacer
gira. Las grandes bandas lo defienden en directo.
Pero claro, el público pide clásicos y “Make it real”, “The
Zoo” y “Coast to coast” son casi fijos en el setlist. Por supuesto no falto el
obligatorio reparto de baquetas por Klaus Maine. Para dejar contentos a todos
sus fans de todas sus épocas, se marcaron un medley donde hicieron algunos
temas de su etapa de los 70 con el gran Uli Jon Roth a la guitarra.
Tras “We built this house”, en mi opinión el mejor tema de
su “Return to forever”, toda la banda, incluido Dee, se reunió en la pasarela
central y con guitarras acústica en mano nos regalaron un pequeño set en este
formato. “Always somewhere”, “Eye of the storm” y una deliciosa “Send me an
angel” (una de mis favoritas de los germanos) fueron las escogidas.
Enlazando con su primera parte acústica, un clásico como
“Winds of change” fue coreado por toda la plaza, con un Klaus Meine que estaba
cantando como si tuviera 18 años. Bueno, yo diría que incluso mejor.
Tras la última concesión a su último disco con “Rock´n´roll
band”, ya solo vinieron clásicos, como una poderosa “Dynamite”, con Dee golpeando
los parches como él solo sabe y con un
Schenker y un Jabs que no se notaba para nada la edad, y que no paraban de
moverse por todo el escenario. Bueno, igual no tanto como antes, pero si se
movían mucho.
La instrumental “In the line of fire” dio paso a un
impresionante solo de batería del señor Dee, y que solo me sale decir,
robándole la frase a una amiga, que es de goma, literalmente. Que facilidad
para tocar y además entretener. Alguno debería aprender a hacerlo así. No digo
nombres. El punto fue que al final del mismo apareció sobre el escenario un cuarteto de baile (tres chicas y un chico)
y que al ritmo de los tambores de Dee se marcaron un baile por bulerías,
aclamado por toda la plaza. Todo un detalle por parte de la banda, que debieron
preparar el mismo día.
La recta final del concierto fue la cream de la cream de
Scorpions, con una genial “Blackout”, una insuperable “No one like you” y la
insuperable “Big city nights”, con la cual se despidieron momentáneamente.
Tras el casi obligado descanso tradicional, volvieron a
salir para darnos los dos últimos dulces, una, como siempre, emotiva “Still
loving you”, y por supuesto la eterna “Rock you like a hurricane”.
La despedida fue larga, con la banda recreándose en saludar
a la gente, a su público, que no paraba de ovacionarles y aplaudirles. Y es que
no era para menos, ya que los alemanes demostraron que se encuentran en un
momento álgido y que retirarse ahora sería un error. Por mi si están
despidiendose durante diez años más y nos visitan unas cuantas veces en este
tiempo. El escorpión aún tiene su aguijón en plena forma.
La leyenda Scorpions sigue creciendo y forjándose concierto
tras concierto. Por muchos años.
Fotos: Alex Márquez
Crónica: Augusto Arévalo
Muchas gracias a Alex Márquez de Metal Sound por cederme unas fotillos del evento.