Hacía ya tres años que Leo Jiménez no visitaba la ciudad de
Sevilla. Fue tras la edición de su anterior disco, “Animal Solitario”, con el
cual comenzaba una nueva andadura, que no estrictamente en solitario, algo que
no para de recordar, pero si podríamos decir con total independencia y control
sobre todas las composiciones.
Aquel disco fue donde comenzó, ya de forma definitiva su
ascenso en la escena nacional, donde aunque ya gozaba de un gran prestigio,
todavía debía dar la puntilla definitiva y situarse en la posición, que en
cuanto a trayectoria y méritos ya se merecía.
Aquella gira y la posterior a la que denominó “Heavy Metal
Orquesta” fueron el camino correcto, algo que ha afianzado este mismo año con
un nuevo disco de estudio, “La Factoría del Contraste”. Un disco controvertido,
donde se sale de los cañones y de lo esperado para dar rienda suelta a sus
inquietudes musicales.
Pero claro, tiene que demostrarlo en directo, donde además está
acompañado de una gran banda de músicos, que llevan con él desde la edición de
“Animal” y que se compenetran a la perfección para llevar al escenario las
ideas de su jefe.
Con estas premisas se presentaba en Sevilla, un Leo mucho más
enorme. Podría parecer poco tres años, pero en este tiempo está claro que el
vocalista ha crecido, como músico y como frontman.
Y sobre todo en poder de convocatoria, ya que en la Sala
Fanatic consiguió congregar a más de 300 personas, deseosas de ver como esta en
directo “La Bestia”. Y para que vamos a engañarnos, hace honor a su apelativo.
Cenizas del Edén
Pero no estuvo solo sobre el escenario, ya que los onubenses
Cenizas del Edén fueron los encargado de abrir el espectáculo. Y de mejor
manera, imposible.
Con 15 minutos de adelanto sobre el horario previsto (por
motivos técnicos se tuvo que adelantar el comienzo) y con bastante poco espacio
sobre el escenario, la banda de Thrash venia presentando su segundo disco
“Sententia”, que habían editado un par de días antes y que ya lo tenían
disponible en el concierto.
Digo que no habría mejor manera, porque a pesar de los inconvenientes, y seguramente
animados por el gran ambiente en la Sala, la banda se marcó un concierto de
sobresaliente alto. Rozando la matricula.
Poco sitio, poco tiempo, y aun así, con total
profesionalidad se encargaron de caldear el ambiente a la perfección, y eso,
que en momentos se les veía que no se escuchaban muy bien a ellos mismos, por
lo que tocar en estas circunstancias aún hace más meritoria la actuación de los
de Huelva.
Por supuesto, su actuación estuvo protagonizada por su
segunda entrega, pero para nada se olvidaron de su primer larga duración,
“Adamantium”, del cual cayó más de un tema y que a mi parecer las han mejorado
desde la última vez que les vi, sonando más contundentes y cañeras.
Su nuevo bajista, Jonathan, se encarga ahora también de darle
un toque más rabioso a la banda, metiéndole voces rasgadas, encajándolas muy
bien con las limpias de su vocalista y guitarra David.
Muy buen trabajo por parte de David, además como frontman,
llevando las riendas de la banda y la voz cantante. En más de una ocasión he
dicho, que a veces, los y las vocalistas deben saber no solo cantar bien, sino
también como dirigirse al público, sin parecer forzados. En esto David, ya
tiene las tablas para ello, presentando los temas y al mismo tiempo,
agradeciendo al público su presencia, incluyendo un pequeño llamamiento al
apoyo a las bandas locales.
Al terminar la actuación, la sala estaba casi llena y además
tenían al público en el bolsillo, siendo despedidos con gran ovación. Me da que
la próxima vez que vengan, espero que como cabeceras de su propio concierto,
van a tener un buen número de seguidores viéndoles sobre el escenario. Muy bien
los Cenizas.
Leo Jiménez
La ocasión era inmejorable para que el concierto de Leo Jiménez
fuera todo un éxito. Una sala con una entrada increíble, un público totalmente
entregado y muy preparado tras la descarga de Cenizas del Edén.
Y está claro que Leo y su banda se han convertido en un
seguro de vida en los conciertos, no solo teniendo una gran profesionalidad,
cumpliendo a rajatabla con sus temas en directo, pero además, dejando ese
espacio a la naturalidad y el sentimiento.
Sin demasiados artificios, salvo la intro tan guerrera
(B.S.O. Braveheart), la banda salta al escenario, con el vocalista incluido y
que tras un breve saludo comienza su descarga, con varios temas de sus
anteriores discos y dejando pasar algunos para encarar los temas del nuevo.
Muy bien repartidos los temas entre tres de sus discos en
solitario, aunque curiosamente, obvia totalmente los temas del “Los Fuertes
Sobreviven”, el segundo disco bajo la denominación de 037. Por lo demás, buen
reparto entre los otros tres y una pequeña concesión tanto a Saratoga como a
Stravaganzza, con el tan famoso “Hijo de la Luna”, con el que cerró el
concierto.
Evidentemente, nunca se podrá contentar a todos y todas,
pero en mi opinión, algún que otro tema de su nuevo disco, habría estado bien,
ya que está presentándolo, y por supuesto del anteriormente nombrado “Los
Fuertes Sobreviven”. Está claro que hay temas que no puede tocar ya en directo,
por no tener los derechos del mismo, de sus dos primeros discos, como el muy
reclamado “Desde la Tumba”.
Eso sí, los que sonaron, lo hicieron brutales, con un sonido
genial, salvo algún problemilla en un par de temas con la voz, que se
solventaron rápidamente, pero tanto las guitarras como la base rítmica estuvieron
geniales. Por cierto, que por motivos que desconocemos, Rufo Cantero, uno de
los guitarristas, no pudo estar en el concierto y fue sustituido, y de forma
muy brillante por Adrián Aguilera, guitarrista de fiebre.
En el apartado de colaboraciones, como es normal en sus
conciertos, las usuales de Tanke Ruiz, en el tema “Misantropía” y de Mero de
Cuernos de Chivo, en “No hay más canciones para ti” y “Soy Libertad”, donde más
caña se le da a los guturales.
Hoy por hoy, Leo Jiménez es uno de los valores seguros en nuestra
escena, con una perfecta sintonía entre calidad, contundencia, melodía y rebeldía.
Tachado por sus detractores a partes iguales entre demasiado clásico o
demasiado moderno, según convenga, el vocalista hace oídos sordos a estas críticas
y continúa a los suyo, a lo que mejor sabe hacer.
Su concierto de Sevilla es buena prueba de que se encuentra
en uno de sus mejores momentos, tanto compositivo como interpretativo, y que aún
tiene mucho que decir. Por supuesto, si sigue por estas tesituras, en unos años
se le podrá catalogar de leyenda de la escena nacional.
Visto lo visto, y el hecho de que cada vez arrastre a más
fans y consiga más seguidores, su carrera va en sentido ascendente. En los tres
últimos conciertos que ha dado en nuestra ciudad, cada vez ha ido congregando a
más público. En la próxima visita igual tiene que cambiar a una sala más
grande. Quién sabe.
Por lo pronto, solo os puedo decir que gozamos de una gran
noche de Metal, con uno de los artistas punteros de nuestro país, y que
esperemos no tarde tanto la próxima vez en volver, ya que tiene muchos
seguidores en nuestra ciudad.