Esta semana comienza la gira ibérica de la banda más grande
de la historia del Heavy metal. De hecho, en apenas una semana, la Dama de
Hierro visitara Sevilla por segunda vez en su historia, tras su paso de hace ya
casi 20 años, en la época de Blaze Bayley. Indudablemente esto es historia en
la capital hispalense, no solo para la escena metálica, sino para la música en
general.
Para bien o para mal, la formación inglesa siempre ha dado
que hablar, siendo uno de los baluartes de la New Wave of British Heavy Metal.
Ya tras la salida de su primer vocalista y la inclusión de Bruce Dickinson hubo
un fuerte debate sobre esta elección. Os puedo asegurar que he conocido a gente
que dice que el verdadero vocalista siempre será Paul Dianno y que los discos
de la dama a partir de entonces no merecen la pena. Por supuesto totalmente
respetable esta opinión.
Si durante los tres primeros discos Bruce en la formación,
la banda solo hizo crecer y aumentar su número de fans, el controvertido “Somewhere
in time” supuso un nuevo punto de discusión entre sus seguidores, con esas
guitarras sintetizadas y ese sonido futurista. Algo que no es que precisamente
quisieran evitar con su siguiente entrega, donde recibieron criticas de
comercialidad.
Algo que volvieron a darle la vuelta con “No prayer for the
dying” y una vuelta al sonido primigenio de la banda, más crudo. Y de nuevo críticas,
incluso se podría decir que una pequeña bajada de popularidad.
“Fear of the dark” fue un afianzamiento de ese sonido pero más
pulido y una vuelta un estatus alto en la escena, algo que tras salida de Bruce
pudieron mantener no sin volver a recibir nuevas críticas por la elección del nuevo vocalista y sobre todo por
el nuevo giro musical, con un disco como “Factor X”, con temas largos y
pesados, siendo un disco muy oscuro.
Con el segundo álbum de Blaze Bayley en la banda continuaron
en esta senda e incluso sus seguidores no discreparon demasiado en el sonido
algo más luminoso y podríamos decir maidenesco.
El regreso de Bruce y su disco de regreso posiblemente sea
uno de los hechos donde más fans de la banda se han puesto de acuerdo y alabar
la obra. Algo que más o menos mantuvieron con “Dance of death”. Pero llegó “A
matter of life and death” y sus largas canciones, muy influenciadas por
los sonidos progresivos y además, casi
como un desafío, les dio por hacerlo completo en la consabida gira.
El siguiente disco no fue para menos, siendo uno de los más
criticados, aunque su gira fue un total éxito. Su última entrega, “The book of
souls”, y que es la que vienen a presentar sigue la misma senda de sus últimas
obras, con varios temas que superan los diez minutos, incluso uno con casi 20
minutos, y un alto componente progresivo, siendo criticado y alabado a partes más
o menos iguales.
Independientemente de su evolución musical, Iron Maiden,
bajo la batuta del gran Steve Harris, siempre han hecho básicamente lo que han
querido y apetecido, saliendo de las modas, y sobre todo sin ningún apoyo de
radios o televisiones, algo que otras bandas si han tenido.
Sus espectáculos en directo siempre han intentado ser de los
mejores, con más o menos acierto, pero siempre con la idea de hacerlo mejor.
Posiblemente tenga a algunos de los fans más acérrimos (aparte de ACDC) y más
incondicionales (he tenido la suerte de conocer a alguno de ell@s) y que
piensan que todo lo que hacen es genial.
Lo que está claro es que a pesar de todo esto, siguen
haciendo giras en grandes lugares como festivales o estadios, ya que los
pabellones se les han quedado pequeños (la prueba la tenemos en Madrid este
año). Sus conciertos siguen siendo geniales, aunque se les exija que sean
sublimes, y su estado de forma posiblemente sea el mejor de toda su carrera.
Están en ese momento que saben que ya no tienen nada que
perder, que están haciendo lo que les gusta y apasiona y eso lo demuestran
sobre el escenario, divirtiéndose y divirtiendo. Cierto que habrá muchos que
critiquen el setlist, que incluye varios temas nuevos, o incluso que dejen
fuera temas antiguos, pero claro, en eso nunca nos pondremos todos de acuerdo.
El espectáculo está asegurado y está claro que los que
asistamos a sus conciertos, disfrutaremos al 100% de ellos. Y alguien no va con
esa actitud, igual tendría que pensarse bien el asistir.
Iron Maiden han sido la banda sonora de muchos metaleros de
mi generación, y de alguna más, y al contrario que otras bandas, te pueden
gustar más o menos sus discos, pero nunca te sientes traicionado por sus
decisiones musicales. De hecho, discos criticados en el pasado, ahora son de
los favoritos de muchos de sus fans. Seguramente pase lo mismo con sus últimas
obras.
Como los buenos vinos, Iron Maiden mejoran con el tiempo, sus
discos y ellos mismos. Es en un concierto donde ves la auténtica esencia de la
banda. Un espectáculo como pocos hay en la actualidad.
Contando ya las horas para escuchar el “Doctor, doctor” como
señal de comienzo y quedarnos sin voz gritando cuando Bruce nos diga eso de “Scream
for me…”.
Le pese a quien le pese, Hallowed be thy name.
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