Asistir a un concierto de Saurom siempre resulta ser una experiencia como mínimo gratificante. Para nadie que conozca y los haya visto les han sido indiferentes y no solo eso, sino que rara ha sido la ocasión en que me hayan expresado algún tipo de desencanto. De hecho, para algun@s de sus seguidor@s, sin ser fans acérrim@s, siempre nos consiguen trasladar a algún tipo de lugar donde durante más de dos horas nos hacen olvidar lo peor que tenemos fuera de la sala y recordar lo mejor que tenemos. Me atrevo a decir que son capaces de hacernos soñar, bailar, reír, llorar y sobre todo pasarlo bien.
A día de hoy, la banda de origen gaditano, (y con un poco de sangre sevillana), es una de las que en mejor forma está de la escena nacional. Muestra de ello es su última obra de estudio, “Sueños”, ambiciosa como mínimo. Un doble álbum compuesto de 27 canciones y que demuestra que creativamente la banda se encuentra en su momento más inspirador de su historia.
Y sobre todo en el directo es donde más muestran su gran momento, donde no dejan de ofrecer grandes conciertos, largos, dinámicos, sin casi respiros, y sabiendo hacer unos setlist equilibrados y sin casi altibajos.
Con estas premisas volvían a su segunda casa, Sevilla, a la Sala Fanatic, la cual casi llenaron de nuevo y donde volvieron a crear una autentica olla a presión a base de buenas canciones, buen rollo y una actitud sobre el escenario que hace imposible permanecer indiferente.
Si había alguna duda sobre lo que nos podían ofrecer era el número de nuevos temas que introducirían en el show y ciertamente, aunque no fueron tantas como a lo mejor debieran si cayó un buen puñado de ellas.
Y claro, por supuesto no faltaron sus grandes temas de siempre. Claro está que en este sentido tienen siempre las de perder, ya que han conseguido reunir un numero tal de temas potencialmente tocables, que nunca van a dejar contentos a todos sus seguidores.
En lo que si acertaron, como bien he dicho antes, es en el ritmo del concierto, en como colocar los temas para que no caiga la diversión, y sin olvidar sus temas algo más lentos, que saben colocar en el lugar y momento más adecuado para que suenen de forma acorde al resto del concierto.
Siento decir que no pude hacerme con el setlist completo, pero teniendo en cuenta que seguramente cambien de un concierto a otro, tampoco es que sea lo más importante.
Sí que es casi fijo en las últimas giras que comienzan con “Nostradamus”, que ciertamente es genial para comenzar un concierto, algo larga, pero muy efectiva para ir calentando a la gente y meterla de lleno en el show.
“Irae dei” le suele seguir al comienzo de los conciertos, una fija desde aquel grandísimo “Maryam” y que si con la primera no ha sido suficiente, ya con esta sabes lo que te espera en las dos próximas horas.
El detalle negativo en estos primeros compases vino por parte del sonido, con unas guitarras que casi no se escuchaban. Afortunadamente el técnico de sonido fue corrigiendo sobre la marcha y en un par de temas más pudimos disfrutar del concierto en todas sus facetas.
Pudimos disfrutar, eso sí, durante todo el show de unas geniales luces, algo que añadido a la grandísima puesta en escena de la banda, hace del concierto visualmente completo. Bueno, el grupo ya dejo de lado ese espectáculo juglar que llevaban hace tiempo, pero han sabido sustituirlo por una actitud y un saber estar que los lleva a una nueva división en los directos.
La banda ha sabido crecer en este aspecto, al igual que en lo musical, y aunque toda esa imagen juglar estaba bien al principio, el cambiar a una imagen que podríamos denominar más madura es lo que les ha hecho crecer tanto.
Y sobre todo en lo musical es donde más han crecido. Cada vez que les veo en concierto vienen con algún instrumento nuevo. Incluso ahora llevan un apoyo de un chaval (perdón, no me quede con el nombre) que toca la flauta y que en palabras del vocalista Miguel, era el único artista sobre el escenario.
Por supuesto Narci sigue dándonos en cada show una lección de tocar guitarra, gaita, flauta y violín que deja a más de un@ con la boca abierta. Y encima también hace los coros. Por su parte Raúl, además de la eléctrica también lleva a los hombros otra más pequeña en plan bandurria (jejeje, perdón por mi ignorancia) que utiliza en más de un tema. Y encima en el bueno de Miguel, además de tocar la acústica en un par de canciones, también se atrevió con el violín, algo que hace de vez en cuando. Total, que si a alguien le había quedado alguna duda de la calidad instrumental de Saurom, creo que esto zanja el asunto.
No hubo muchas interrupciones en el concierto, ya que casi ni presentan los temas. Si hubo una pequeña presentación al presentar la balada “Soñando contigo”, que Miguel se encargó de contarnos que fue el tema que le dio sentido a todo el disco. Y porque será que no me extraña, porque es un auténtico temazo.
Este formo parte de ese pequeño segmento del concierto dedicado a los temas más melódicos o baladísticos, junto a “Vida”, un tema que creo que será fijo durante mucho tiempo, un auténtico canto a la vida y la esperanza, y cerrando con esa preciosidad cargada de fuerza que es “El hada y la luna”. Una trilogía que creó magia en el concierto.
Por supuesto el chupinazo final fue la auténtica fiesta, con temas nuevos que encajan perfectamente en este concepto, como “El circulo juglar” o una que me aventuro a decir que estar también mucho tiempo en sus conciertos como “El carnaval del diablo” y esa frase que tanto mola y que Miguel nos repitió al final “Hacer el mal”.
Y si el principio de sus conciertos es casi fijo hace algún tiempo, el final es casi una tradición con esas dos joyas de la discografía de Saurom como son “Fiesta” y “La taberna” y que son el colofón perfecto a una grandísima noche de Folk/Juglar Metal, o lo que queramos llamar a lo que hacen estos Saurom, que cada día son más grandes y que con algo más de ambición y suerte serán aún más referente en la escena nacional.
Espero poder volver a disfrutar de ellos en poco tiempo, y porque no, en un escenario donde pueden hacer algunas de sus diabluras pirotécnicas que tanto les gustan y que tan bien suelen hacer.
Acaban de empezar la gira y tras una visita en el próximo mes a Estados Unidos y que seguro les abrirá muchas puertas, volverán a nuestro país para presentar este gran disco como debe ser. No podéis perdéroslos bajo ningún concepto, serán dos de las horas mejor aprovechadas durante todo el año. Os lo aseguro.
Crónica y fotos: Augusto Javier Arévalo
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