Tercer disco ya de
esta banda procedente de Burgos, y que bien podríamos decir que han sabido
encontrar su propio sonido con este “Deimos”. 34 intensos minutos, que no te
dejan ni un momento de respiro y a los cuales, además, no les falta melodía.
Mortsubite tiene una particularidad y es que cuenta con dos
vocalistas entre sus filas, uno de los cuales se encarga de los graves y otro
con los agudos. Esta característica hace aún más propio el sonido, combinando
muy acertadamente ambas voces.
Otro detalle a destacar de este disco, es el extraordinario
sonido que atesora, muy limpio y que permite distinguir todos los detalles del
mismo, pero al mismo tiempo sin dejar de perder nada de la agresividad y la
contundencia que debe tener.
Buena culpa de ello es del productor Carlos Santos y por
supuesto del afamado Jens Bogren, que se ha encargado de la masterización
del mismo. Un gran trabajo en este
aspecto, detalle que en muchas ocasiones no se tiene en cuenta y supone un
enorme salto de calidad en los discos de hoy en día.
El disco comienza con una triada de temas que dejan claro
ante lo que estamos. Guitarras contundentes, ritmos trepidantes y los dos
vocalistas desgañitándose, soltando toda la mala ostia y casi diría yo que
escupiendo las letras, para descargar toda la rabia y la fiereza.
No es que los tres primeros temas estén conectados, aunque
el disco es algo conceptual, pero bien sirven para presentar este sonido particular
de la banda, que además incorpora melodías, que le dan un toque más metalero.
Sorprende mucho la instrumental que parte el disco por la
mitad. Y sorprende porque no es una instrumental cansina para intentar mostrar ningún
tipo de virtuosismo, sino más bien servir de puente entre los temas.
De hecho los tres temas finales suponen el afianzamiento de
la idea general del disco, incluso con algo más de melodía y pasajes algo más
pausados, con un ritmo algo más lento, pero que al mismo tiempo le imprimen más
contundencia.
Personalmente dejan el mejor tema para el final, el que da título
al disco, donde las melodías de la guitarra son las principales protagonistas,
mientras la batería es la encargada de marcar el ritmo con contundencia y las
voces no dejan de soltar toda la agresividad. Incluso me atrevería a decir que
hay algún que otro pasaje más progresivo. Un guiño hacia otros estilos, que
bien podría suponer una futura evolución.
No miento si digo que ha sido un gran descubrimiento esta
banda burgalesa, ya que por desgracia, y a pesar de llevar tiempo en este
mundillo, uno nunca puede conocer a todas las bandas de este país. Pero, por
otro lado, uno siempre se alegra de seguir conociendo bandas con calidad y con
buen gusto. Habrá que seguirlo de cerca.
Canciones:
1.
Vórtice
2.
Cronófago
3.
Clepsidra
4.
Péndulo
5.
Gnomon
6.
Trashumanista
7.
Deimos
Formación:
·
Manuel Blanco – Voz
·
Angel Bello – Voz
·
Manuel de Miguel – Guitarra
·
Israel Cuenca – Guitarra
·
Rodrigo Cameno – Bajo
·
Gonzalo Cantero – Batería
Blood Fire Death. 2016. 8/10
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