El Metal Legion Fest se mantiene como uno de los
mejores festivales de metal de Sevilla. Como tal, sirve de representación a lo
que es la escena metalera sevillana, la de verdad, la que vivimos los grupos y
público que cada semana nos desplazamos de concierto en concierto. Y esto es lo
que el pasado 11 de febrero se pudo vivir en la Malandar: música en directo de
calidad, con gran variedad y muy buen rollo. No será un festival con grandes
pretensiones y en ningún momento la sala llegó a llenarse del todo pero, en la
tercera celebración del Metal Legion, se confirma lo que ya se ha venido
comprobando los años anteriores: es un festival para el público, en el que la
conexión entre músicos y espectadores se siente desde el primer momento hasta
el último y no hay concierto más divertido que el que crea una conexión, por
pequeño que sea.
Tal vez a Adbeel (Hades) fuera a los que más les
costara interactuar con el público, aunque tal suele ser la maldición a la que
se enfrenta el grupo que abre un concierto y más si, como en este caso, la
ecualización deja mucho que desear. Pero ni el público más difícil (y ya hemos
dicho que este no lo era) podría resistirse a su strong drama y muchos
lamentaron el momento en que le tocó bajarse del escenario al grupo con la
única mujer de la noche.
Una vez abierta la veda no hubo marcha atrás y el
público recibió con brazos abiertos a 4Sfera, grupo de metal en español potente
y enérgico, sin medias tintas. Los pocos a los que no se ganaran con sus
reivindicaciones sociales seguro que acabaron por caer al final del concierto,
cuando voló más de un sobre con camisetas y discos del grupo.
Quizá Habitat fuera el grupo más hiperactivo de la
noche, que no paró desde que se subió al escenario hasta que bajó y cuyos
ánimos contagió a un público que, a estas alturas, ya lo estaba dando todo.
Entrega como pocas la de este grupo, que tocaba con un bajista con el dedo roto
sin que afectara a la calidad o ritmo.
En último lugar llegó Kancerbero, el grupo más
veterano del festival, que otorgó el broche de oro a tal digna noche con una
actuación que servía para cerrar el círculo con una música más melódica que las
dos bandas anteriores, sin que ello conllevara una pérdida de potencia. Pese a
la hora y el cansancio consiguieron mantener al público bien despierto y celebrar
la buena música que existe en Sevilla.
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