Pues ya tenemos el segundo disco de los gaditanos (Chiclana
de la Frontera) Scape Land en nuestras manos, y si con su primera obra ya
sorprendieron, con esta no han dejado de hacerlo. Básicamente han cogido lo que
tenían y le han dado una nueva vuelta, depurando su sonido y dándole la madurez
y exquisitez que haría falta para una segunda entrega.
Habré escuchado el disco unas diez veces en el último mes, y
no voy a mentir si digo que me he pasado
todos estos días intentado recordar a que banda me estaba recordando el estilo,
salvando las distancias, por supuesto. Y la respuesta me la ha dado su
vocalista, Iván, y su forma de cantar.
Ciertamente, este es uno de los alicientes del disco y el
centro de todos los oídos, demostrando durante todo el disco, su versatilidad y
los diferentes registros que posee en sus cuerdas vocales. Y aunque muchos y
muchas dirán que tiene unos guturales sensacionales, prefiero quedarme con su
voz limpia. Y es que durante todo el disco demuestra en estas tesituras lo
sensacional vocalista que es. De hecho, y siendo solo una preferencia, a veces
creo que mete demasiados guturales en detrimento de ese torrente de voz, donde
no falta emotividad y melodía.
Está claro que no está solo en esto y el trabajo de Diego a la guitarra, y la base rítmica
formada por Josema al bajo y Adrián a batería, es insustituible durante todo el
disco.
Pero si hay algo que marca este disco, son sus
composiciones. Decir que son directas y complejas al mismo tiempo puede sonar a
paradoja, pero para nada es así. Son
directas porque te llegan a la primera escucha. De hecho eso es lo que pasa con
el disco, te da frente desde el principio. Pero al mismo tiempo, el nivel de
complejidad y de influencias que nos
encontramos es bárbaro.
Hay Thrash, hay Death Metal, Progresivo (por supuesto),
Heavy Metal, incluso hay momentos que podríamos catalogar de Hard Rock. Riffs
pegadizos y estribillos melódicos son la base de los temas, que hacen un disco,
que incluso en su duración me parece perfecto, no demasiado largo para no
cansar.
Abren el disco con el tema que da la mitad del título al
mismo, “Evil” y donde sientan las bases de la obra. Un riff potente para
introducir la canción, con un cuerpo del tema con un amplio desarrollo y culminarlo con un estribillo
melódico y pegadizo. Perfecto tema para comenzar los conciertos.
“Take´em out” es un tema más pesado con el anterior, aunque
tiene un desarrollo parecido, repleto de guturales en su cuerpo, pero con un
estribillo melódico. Un tema con un ritmo trepidante y varios cambios de ritmo
que lo hacen al mismo tiempo muy progresivo.
“I Am” resulta una canción algo más heavy, por su parte
instrumental, ya que los guturales siguen presentes, y en este caso muy bien
colocados, intercalándolos muy bien con las voces melódicas.
“Crazy” comienza con algo muy diferente a su título,
pausadamente en su introducción, para romper con un riff matador y que debería
ser un seguro de headbanging en los conciertos. Por cierto, en el estribillo de
este tema, la forma de cantar de Iván y su voz me recuerda muchísimo al señor
Ozzy Osbourne. Este debe ser de los obligatorios en directo.
Debo confesar que cuando comencé a escuchar “God´s Love”
pensé, “joder, una balada??” . Y de hecho, el primer minuto y medio es así.
Pero entonces estalla en un torrente de energía. Un tema progresivo a mas no
poder y no voy a negar que es mi
favorito.
“Don´t Break me up” comienza también con tranquilidad, casi
calcada a la anterior, aunque en este caso va aumentando su ritmo
progresivamente. Es un tema muy Metal, yo diría incluso que con mucha
influencia maidenesca.
“Breath” es una pequeña pieza instrumental que da paso a
“Alive”. Este vuelve a comenzar de manera lenta a modo introductorio y despegar
a continuación. Un tema con muchas reminiscencias hacia bandas de tipo Trivium,
Metal actual.
El disco termina con el otro tema que da título al disco
“Mind Pieces” y que continúa la estructura del resto del álbum. Igual es un
tema algo más pausado, pero no carente de fuerza y calidad. Perfecto colofón a
la obra.
Hay una banda canadiense, algo parada desde hace años, Into
Eternity, que en su momento se catalogó de Death Metal Progresivo. Seguro que
es una coincidencia, pero precisamente es a esta banda a la que me recuerda
este gran disco. El detalle es que en esta banda militó el actual vocalista de
Iced Earth, Stu Block, y que precisamente era capaz de cambiar su registro de
guturales a melódicos a su antojo. Al igual que Iván. Temas muy elaborados y
progresivos y voces variadas.
No me quiero olvidar de hacer una especial mención al sonido
inmejorable de todo el disco, nítido y con todos sus elementos perfectamente
mezclados.
En definitiva, un disco que le debería servir a la banda
para darse más a conocer, por lo menos en nuestro territorio, ya que tienen esa
calidad para hacerlo. Además, se me ha
quedado la sensación de que aún tienen más guardado bajo la chistera y aunque
es muy prematuro, me pregunto que serán capaces de hacer en el próximo.
Augusto Arévalo
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