jueves, 7 de julio de 2016

Iron Maiden: Hallowed be thy name

Esta semana comienza la gira ibérica de la banda más grande de la historia del Heavy metal. De hecho, en apenas una semana, la Dama de Hierro visitara Sevilla por segunda vez en su historia, tras su paso de hace ya casi 20 años, en la época de Blaze Bayley. Indudablemente esto es historia en la capital hispalense, no solo para la escena metálica, sino para la música en general.
Para bien o para mal, la formación inglesa siempre ha dado que hablar, siendo uno de los baluartes de la New Wave of British Heavy Metal. Ya tras la salida de su primer vocalista y la inclusión de Bruce Dickinson hubo un fuerte debate sobre esta elección. Os puedo asegurar que he conocido a gente que dice que el verdadero vocalista siempre será Paul Dianno y que los discos de la dama a partir de entonces no merecen la pena. Por supuesto totalmente respetable esta opinión.

Si durante los tres primeros discos Bruce en la formación, la banda solo hizo crecer y aumentar su número de fans, el controvertido “Somewhere in time” supuso un nuevo punto de discusión entre sus seguidores, con esas guitarras sintetizadas y ese sonido futurista. Algo que no es que precisamente quisieran evitar con su siguiente entrega, donde recibieron criticas de comercialidad.
Algo que volvieron a darle la vuelta con “No prayer for the dying” y una vuelta al sonido primigenio de la banda, más crudo. Y de nuevo críticas, incluso se podría decir que una pequeña bajada de popularidad.
“Fear of the dark” fue un afianzamiento de ese sonido pero más pulido y una vuelta un estatus alto en la escena, algo que tras salida de Bruce pudieron mantener no sin volver a recibir nuevas críticas por la  elección del nuevo vocalista y sobre todo por el nuevo giro musical, con un disco como “Factor X”, con temas largos y pesados, siendo un disco muy oscuro.
Con el segundo álbum de Blaze Bayley en la banda continuaron en esta senda e incluso sus seguidores no discreparon demasiado en el sonido algo más luminoso y podríamos decir maidenesco.
El regreso de Bruce y su disco de regreso posiblemente sea uno de los hechos donde más fans de la banda se han puesto de acuerdo y alabar la obra. Algo que más o menos mantuvieron con “Dance of death”. Pero llegó “A matter of life and death” y sus largas canciones, muy influenciadas por los  sonidos progresivos y además, casi como un desafío, les dio por hacerlo completo en la consabida gira.
El siguiente disco no fue para menos, siendo uno de los más criticados, aunque su gira fue un total éxito. Su última entrega, “The book of souls”, y que es la que vienen a presentar sigue la misma senda de sus últimas obras, con varios temas que superan los diez minutos, incluso uno con casi 20 minutos, y un alto componente progresivo, siendo criticado y alabado a partes más o menos iguales.
Independientemente de su evolución musical, Iron Maiden, bajo la batuta del gran Steve Harris, siempre han hecho básicamente lo que han querido y apetecido, saliendo de las modas, y sobre todo sin ningún apoyo de radios o televisiones, algo que otras bandas si han tenido.

Sus espectáculos en directo siempre han intentado ser de los mejores, con más o menos acierto, pero siempre con la idea de hacerlo mejor. Posiblemente tenga a algunos de los fans más acérrimos (aparte de ACDC) y más incondicionales (he tenido la suerte de conocer a alguno de ell@s) y que piensan que todo lo que hacen es genial.
Lo que está claro es que a pesar de todo esto, siguen haciendo giras en grandes lugares como festivales o estadios, ya que los pabellones se les han quedado pequeños (la prueba la tenemos en Madrid este año). Sus conciertos siguen siendo geniales, aunque se les exija que sean sublimes, y su estado de forma posiblemente sea el mejor de toda su carrera.
Están en ese momento que saben que ya no tienen nada que perder, que están haciendo lo que les gusta y apasiona y eso lo demuestran sobre el escenario, divirtiéndose y divirtiendo. Cierto que habrá muchos que critiquen el setlist, que incluye varios temas nuevos, o incluso que dejen fuera temas antiguos, pero claro, en eso nunca nos pondremos todos de acuerdo.
El espectáculo está asegurado y está claro que los que asistamos a sus conciertos, disfrutaremos al 100% de ellos. Y alguien no va con esa actitud, igual tendría que pensarse bien el asistir.
Iron Maiden han sido la banda sonora de muchos metaleros de mi generación, y de alguna más, y al contrario que otras bandas, te pueden gustar más o menos sus discos, pero nunca te sientes traicionado por sus decisiones musicales. De hecho, discos criticados en el pasado, ahora son de los favoritos de muchos de sus fans. Seguramente pase lo mismo con sus últimas obras.
Como los buenos vinos, Iron Maiden mejoran con el tiempo, sus discos y ellos mismos. Es en un concierto donde ves la auténtica esencia de la banda. Un espectáculo como pocos hay en la actualidad.
Contando ya las horas para escuchar el “Doctor, doctor” como señal de comienzo y quedarnos sin voz gritando cuando Bruce nos diga eso de “Scream for me…”.

Le pese a quien le pese, Hallowed be thy name.

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