lunes, 8 de agosto de 2016

Sabado. Mini-crónica de la jornada final del XXVII Wacken Open Air

En la última jornada el barro tenía ya a todo el festival “en” sus pies con enormes charcos que hacían las delicias de los más atrevidos. Moverse entre conciertos se hacía pesado pero también a su vez mucho público se mantenía alejado de las zonas próximas al escenario dejando siempre hueco para poder disfrutar desde bastante cerca.

Comenzamos la jornada con un genial concierto por parte de los americanos Symphony X. La banda de rock progresivo, liderada por Russen Allen y Michael Romeo, se centró durante casi todo el concierto en defender su último trabajo Underwold. Russen Allen estuvo a un grandísimo nivel durante todo el concierto, utilizando sus máscaras con los nuevos temas. Ya hacía al final, deleitaron a sus fans con grandes clásicos como Of Sins and Shadows, Sea of Lies, The Serpent Kiss y Set the world on fire.


Borknagar concentraron a continuación a buena parte de la patria finlandesa en otro de los escenarios principales. Con un black metal bastante accesible, con cierto toque progresivo, que hizo disfrutar a todo el público asistente.

A pesar del barrizal nos trasladamos a la carpa (WET Stage) para asistir al concierto del polifacético Snowy Shaw. Y es que el show de este artista que pasa ha pasado por cantar, tocar el bajo o la batería en grupos como Dimmu Borgir, King Diamond, Merciful Fate, Sabaton o Therion prometía ser más que interesante. Y así fue. La puesta en escena más que original con sus músicos ataviados con los ropajes típicos de “nazarenos” en España y él con una túnica sobre una plataforma sobre la que se iba desplazando por el escenario. Tras los primeros temas y ya sin la túnica, fue tocando tanto temas propios como versiones de sus antiguos grupos. El registro de Snowy pasa desde los agudos al más puro estilo del maestro King Diamond hasta sonidos graves puramente guturales, todo ello acompañado por su guitarra. Genial concierto de este clasicazo “actor secundario” que se ha ganado a pulso tener su propio hueco como Snowy Shaw.


De vuelta ya a los escenarios principales, le tocaba el turno al grupo de Crhistofer Johnsson, los suecos Therion. Comenzaron fuertes, con The Rise of Sodom Gomorrah y todos sus vocalistas demostrando ya sus cualidades. En este sentido, tenía ganas de volverles a ver tras la salida de Lori Lewis, y la verdad es que tras unas cuantas pruebas fallidas encontrar a Chiara (acompañada por Linnea Vikstrom, hija de Thomas) ha sido todo un acierto. Menudo vozarrón, impresionante en temas como en Lemuria o Son of the Sun. Una agradable sorpresa para los fans de la banda fue la visita de Snowy Shaw, recién terminado su show, para interpretar Typhon. Actualmente Thomas Vikstrom es el único vocalista masculino en la banda y realmente se sobra para ello. Gran torrente de voz para hacer las voces tanto de tenor como las del estilo más heavy metal. Muy diferente su actuación de aquel debut hace 9 años en este mismo escenario, en Wacken, al que tuve la oportunidad de asistir. No faltó Sons of the Stave of Time y para terminar todo un clásico, To Megatherion. Gran concierto con gran despliegue vocal.


Turno para los Steel Panther que con su glam metal descarado y esas letras desenfadadas hicieron probablemente el concierto más divertido del festival. Esta banda no deja indiferente a nadie, sea para bien o para mal, tanto musicalmente como con sus largos pero divertidos “speechs” durante los cuales no dejan de hablar de sexo y de pedir a las mujeres asistentes que muestren sus atributos. El público femenino no sólo correspondió sino que muchas subieron al escenario, sobre todo para el tema 17 Girls in a Row. Además de ello, no faltan los chistes de bajistas (el papel de Lexi Foxxx es realmente divertido) y la comparación de su cantante Michael Starr, con Bret Michaels (con unos cuantos kilos de más). Dentro del setlist no faltaron temas como Gloryhole, Community Property o Death to All but Metal. Ya veremos que tal acogida tienen esta semana en el Leyendas del Rock, pues las bromas y las letras de las canciones en inglés son parte fundamental para disfrutar del show al completo.

En el tercer escenario, el Party, tocaron también los americanos Clutch. Buen concierto de esta banda de rock, con toques stoner, caracterizada por su colorida ambientación naranja. Wacken siempre gusta de incluir cierta diversidad de bandas, aunque siempre se le critica por lo contrario, y la elección de esta banda, quizás más propicia para un Sweden, creo que fue un gran acierto.

Y llegó el momento cumbre de la noche y probablemente del festival. La despedida de Twisted Sister de Wacken y de Alemania. Y es que el grupo se retira tras 40 años como uno de los grupos más grandes del heavy metal. Como contaría durante el show el propio Dee Snider, son unos auténticos pioneros en el género, llegando a jugar con el thrash metal cuando bandas como overkill eran simples muchachos que iban a sus conciertos. Con dos horas de concierto dio tiempo a todo, incluyendo temas que faltaron en citas anteriores, como I Believe in Rock ‘n Roll o Shoot ‘Em Down con la que cerraron el concierto. Momentos muy emocionantes, como la dedicatoria de The Price tanto a AJ, como a Lemmy y a Jimmy Bain, todos fallecidos recientemente. A la batería Mike Portnoy, emocionado en su presentación al tocar con un grupo que antes que nada eran sus ídolos. La elección de Portnoy, según contaba Snider fue realizada por el propio AJ 3 meses antes de fallecer, en una reunión en la que discutían el futuro de la banda si algún miembro faltaba. Con el clasicazo We’re not gonna take it, Dee “fucking” Snider hizo cantar a los 90000 asistentes a esta cita tan memorable. Otro momento para el recuerdo, todo el público encendiendo mecheros y las linternas de sus teléfonos móviles. Para completar el show no podían faltar temas como I Am (I’m Me) o I Wanna Rock. Sin duda, uno de los mejores conciertos que se han visto en los últimos tiempos en el festival germano.


Con la sonrisa puesta nos cambiamos al escenario de al lado para disfrutar al concierto de Arch Enemy, el cual anunciaba una gran producción y alguna sorpresa. La sorpresa no fue otra que el anuncio en directo de que el concierto sería grabado para el próximo DVD de la banda. Conciertazo con una gran Alissa White-Gluz a las voces y una ejecución impecable por parte de la banda. Temas del último disco como Eternal War o As the Pages Burns fueron sabiamente combinados con clásicos como Ravenous, We Will Rise o Nemesis, con la que cerraron el concierto. Resumen: otro conciertazo para la saca.


Para terminar el día y el festival, la organización no paraba de recordar el concierto de Dio Disciples y su invitado muy especial. Ese invitado no era otro que el mismísimo Ronnie James Dio a través de un Holograma interpretando el tema final, We Rock. Muy conseguido, llegando el propio holograma a desplegar una lona en la que aparecía el nombre del festival. Este concierto no pasará a la historia por todo lo anterior, pero sí por este hecho creo que sin antecedentes en la historia del heavy metal. Por lo demás, destacar la actuación de Ripper Owens, siempre genial a las voces, y el siempre genial Simon Wright a la batería. El repertorio, bastante entretenido, con Kill the King, Holy Diver,  Egypt, Last in Line, Stargazer y el ya mencionado We Rock con el holograma. 


Pues eso fue todo desde Wacken. Grandísimo festival al que esperamos poder volver el año que viene, si Dio quiere.

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